Hace 2 meses que no tengo lavarropas. De a poco fue muriéndose. Un día hizo un piii y siguió su marcha. Otro día lo hizo dos veces o más. La situación se agravó. Cual electrocardiograma, un día se quedó haciendo ese sonido mortal y nunca más despertó. Esta en coma. Es el desagote.
Sin esperarlo pero por necesidad apareció el sustituto. Descubrí en el lavarrap un amante fiel (o un frío sustituto de madre). A cambio de el vil metal deja que le lleves 2 bolsas de ropa sucia y te la devuelve al otro día limpia, seca y con olorcito o suavizante. Si no fuera por la cultura ahorradora y trabajadora que nos inculcaron nuestros padres, viviría llevando la ropa al lavarrap.
Al igual que las heladerías en verano, intuyo que los lavarrap se llenan la bota en días fríos y lluviosos de invierno. Más aún, con las pobres y desvalidas parejitas newbies que viven en un departamento de dos ambientes y no tienen lugar para colgar la ropa sin que se les llene de olor a humedad.
La semana que viene lo vienen a arreglar. Ahí veremos si renace el poco amor que hubo siempre entre los tres.