Para este día del padre pedí un regalo un poco geek. Se trata de un SSD (solid state drive) o disco sólido para mi desktop. ¿Por qué?
En pocas palabras, un SSD tiene un tiempo de lectura hasta 10 veces superior a un disco rígido clásico. Esto hace que los programas o el sistema operativo que esté cargado en él inicien a una velocidad que alegraría a cualquier nerd.
Estos discos no son una novedad. Muchas ultrabooks o notebooks los traen incorporados. Hace cuatro años tener un SSD era un lujo que pocos podían darse. Últimamente los precios descendieron a cifras mucho más accesibles.
Ahora mismo estoy terminando de instalar todos los programas que uso en el nuevo disco SSD Kingston FURY de 120GB. Al lado de los TB de mi disco rígido no parece gran cosa, pero alcanza y sobra para instalar el SO y los programas de uso diario. Los documentos y archivos de escritura (documentos, fotos, videos y descargas) pueden ir tranquilamente al disco duro anterior.
Mi experiencia
La velocidad de carga de Windows es sublime y la primera vez que abrí Photoshop tuve que cerrarlo y volverlo a abrir para volver a sentir esa satisfacción de esperar solo 3 segundos para que inicie 🙂
Si sos un fanático de la productividad y sentís que cada segundo mirando el clásico reloj de arena de Windows es tiempo perdido, te animo a que pruebes con un SSD. Vas a notar una respuesta mucho mayor sin necesidad de seguir agregando memoria RAM a tu notebook o desktop.
¡Y todo el tiempo que ahorres vas a poder usarlo para hacer más cosas!
