Hoy les traigo un video orientado a la platea femenina pero que todos vamos a disfrutar. Se trata del nuevo spot de Dove Mujeres titulado Tímidas.
Todos conocemos a las tímidas. Quizá tu hermana, o tu pareja o tu madre sean una de ellas. Son esas que nunca se dejan sacar una foto, que salen tapadas en los videos o fotos. Que cuando ven un lente, su reacción es similar a la de Superman con la kryptonita.
La marca te pregunta «¿cuando dejaste de pensar que sos linda?». Es genial el concepto que están siguiendo, apostando por la «belleza real».
Hace tiempo que quiero escribir este artículo pero me resulta harto difícil encaminarlo. Es que hay tanto para decir sobre la belleza y el engaño en el que caemos actualmente. Cuando nos venden la belleza en estrictas medidas difícilmente alcanzables. Cuando ser bello significa poder acceder a determinadas marcas o productos. Cuando ser bello pasa por sacar ser mas parecidos entre todos y perdiendo nuestra propia esencia e identidad.
De a poco vamos creciendo, madurando y llegando a entender que el valor de una persona es mucho más que un envase ajustado a estándares impuestos. De a poco, con intentos marketineros pero intentos al fin, nos damos cuenta que la belleza real dista de la que nos venden. ¿Será que me cae bien Dove por esta campaña?
Pero quién soy yo para venir a reflexionar sobre este tema cuando Jorge Mujica lo explica tan bien en sus Reflexiones sobre la Belleza. Transcribo aquí solo algunos fragmentos y el que quiera puede leerlo completo aquí.
En la antigüedad griega Policleto fijó un canon que hizo consistir la belleza en la proporción del cuerpo humano como correspondiente a siete veces y media la altura de la cabeza; en el renacimiento, Vitrubio hizo consistir la belleza en general en la proporción armónica de las partes. Fue a partir de un estándar de belleza del cuerpo humano que se pasó a un metro de la belleza en general donde la condición para ser tal sería la proporción y la armonía siempre materiales.
Hoy, la dictadura de las opiniones comunes sintonizaría amigablemente con aquellos criterios permitiendo a muy pocos identificar la belleza con algo que no fuese la apariencia externa del cuerpo humano. ¿Y es que acaso se puede negar la belleza que hay en algunos de ellos? Ciertamente no pero es que tampoco lo es todo.
La belleza física es efímera y por tanto imperfecta. Lo bello, lo auténticamente bello, no muere sino que se convierte en otra cosa bella.
¿Qué es la belleza? La belleza es la marca que suele sonreír con esplendor en la bondad, en la verdad y en el amor que hay en las obras que hacemos.
¿Y los cuerpos humanos? No es falso que hay cuerpos humanos armónicos y proporcionados que impresionan y podemos catalogar como hermosos. Mas no podemos permanecer en un miramiento material de lo bello. Si somos capaces de captar la belleza de un acto de amor como el antes mencionados, debemos esforzarnos por dar el paso de lo meramente exterior a la realidad profunda que capta el espíritu, lo que captamos dentro de nosotros; así estaremos más preparados de percibir toda verdad, bondad y amor que, en suma, llevan la impronta de la belleza que nunca caduca.