Y ahora sin más preámbulos, te dejo con la segunda parte. ¡Y a dejar de complicarse la vida! 🙂
Dejá de confundir «estar ocupado» con «ser productivo». Comenzá el seguimiento y la medición de tu progreso. Estar ocupado y ser productivo son dos cosas muy diferentes. Los resultados son mas importantes que el tiempo que se toma para alcanzarlos.
Dejá de hacer demasiadas cosas a la vez. Comenzá a decir «no» más a menudo. Si nunca decís «no» vas a comprometerte con muchas cosas y no vas a terminar nada. Al principio es necesario decir «si» a muchas cosas para descubrir que te gusta y establecer tus metas. Una vez que ya sabés lo que queres es necesario decir «no» a muchas más cosas para concentrarte en tus metas. Cuando tenés tus metas establecidas, centráte en hacer una sola cosa a la vez y hacerla bien. Además es bueno no cargar tu día completamente para tener tiempo de resolver imprevistos y estar más relajado.
Dejá de ser ineficiente solo por el hecho de que siempre lo hiciste de esa forma. Comenzá a abrir tu mente para hacer cambios positivos. Si hacés siempre lo mismo, siempre vas a tener el mismo resultado. Muchas veces hacemos las cosas de una manera muy complicada solo porque nunca nos detuvimos a pensar una forma más fácil. Simplificarse la vida también consiste en encontrar la mejor manera de manejar las tareas más comunes. Libro recomendado Getting Things Done and The Power of Less.
Dejá de ocupar tu espacio con cosas. Comenzá a despejar tu desorden. Deshacéte de cosas que no usás y organizá lo que queda. Vivir o trabajar en un espacio desordenado puede ser molesto y estresante. Un espacio en blanco es como un lienzo en blanco, disponibles para ser utilizados para crear algo grande.
Dejá de ocupar tu mente consumiendo información inútil. Comenzá a desuscribirte de listas de correo y noticias que te llegan, mantené el televisor apagado. Limitá el tiempo que pasás en Facebook o Twitter, otros sitios favoritos (Olé, Youtube, Diarios online).
Dejá de obsesionarte con el pasado y el futuro. Comenzá a vivir el presente. Si estás consiente del presente podés simplificar tu vida y hacer maravillas por tu salud mental y tus niveles de estrés.
Dejá de esperar que todo sea perfecto. Comenzá a pensar en cuantas cosas que no se hacen en este mundo solo porque la gente está esperando el momento, el lugar y la circunstancia perfecta. Si estás esperando el marco ideal para hacer algo nunca vas a hacer nada. Una buena idea sin acción es la nada misma. Comenzá con algo simple y sencillo y da un paso tras otro.
Dejá de usar tanta energía en tratar de no cometer errores. Comenzá a aprender de tus errores. Después sonreí y seguí adelante. No importa lo inteligente que seas, igual vas a cometer errores. Tratando de evitarlos solo vas a perder tiempo y vas a complicarte la vida. Hay una lección en cada error cometido, y el aprendizaje de la lección es la forma de seguir adelante.
Dejá de tomar decisiones emocionales. Tomáte un momento y pensá las cosas. Cuanto estás atrapado en un momento y las emociones están a flor de piel te estás obligando a tomar malas decisiones que te van a conducir a complicaciones innecesarias. El mejor consejo es simple: no dejes que tus emociones triunfen sobre tu inteligencia. Pensá despacio las cosas antes de tomar cualquier decisión importante.
Dejá de no ser saludable. Comenzá a cuidar tu cuerpo. Dormí ocho horas por noche. Con la mente cansada y mal alimentado vas a estar estresado y ser improductivo. Tu salud es tu vida. No dejes que se te vaya. Comé bien, hacé ejercicio y hacéte un chequeo fisico anual. Libro recomendado The 4-Hour Body
Dejá de aferrarte a relaciones intimas que te hacen infeliz. Comenzá a buscar por vos mismo cuando se trata de relaciones íntimas. Es mejorar esperar y dar la mano a alguien que nunca se va a ir que aferrarse a la parte exterior de una mano que nunca se abrió por completo a vos. Si alguien te quiere en su vida va a hacer espacio para vos. No deberías tener que luchar por un lugar en su vida. Nunca insistas con una persona que continuamente pasa por alto tu valor. Cualquiera puede llegar a tu vida y decirte lo mucho que te quiere pero es realmente difícil que alguien se quede en tu vida para siempre y te demuestre lo mucho que te ama. Así que andá despacio. Vale la pena esperar para el verdadero amor.
Dejá de aferrarte al odio. ¡Dejálo ir! Mantené tu vista en el futuro. Aferrarse al odio y la ira es como agarrar las brasas con la intención de tirárselas a otra persona. ¡Te vas a quemar! Si querés olvidar a alguien y seguir adelante tenés que renunciar a odiarlo. Hacé de tu corazón un lugar de paz.
Dejá de fingir que sabés todo. Comenzá a aceptar que hay muchas cosas que no sabés. Nadie tiene todo resuelto. Nadie sabe más que una minúscula fracción de lo que está pasando en el mundo. ¿Por qué? Porque el mundo es simplemente demasiado grande para que una persona pueda saber todas las cosas. La mayor parte de lo que vemos es solo lo que pensamos acerca de lo que vemos. Cuanto antes aceptes esto, antes dejarás de producir errores innecesarios y se te van a abrir puertas de nuevas oportunidades en tu vida.
Dejá de dar lo que no deseas recibir. Comenzá a practicar la regla de oro. Si querés amor, da amor. Si quieres amigos, mostráte amigo. Si querés dinero, da algo de valor. Funciona. Realmente es así de simple.
El precio del mañana es una película de esas que te dejan pensando. Les cuento un poco el argumento. En un futuro imaginario, el dinero no existe, la nueva divisa es el tiempo. Todos los seres humanos nacen con un reloj y al cumplir los 25 el reloj se activa con 1 año de crédito. Ese tiempo podés invertirlo/gastarlo en lo que quieras. Tu cuerpo no va a envejecer pero cuando el reloj llegue a cero te agarra un paro y te morís.
Algunos saben comercializar su tiempo muy bien y llegan a vivir siglos, mientras otros viven el «día a día» y cada mañana deben levantarse para conseguir más tiempo (trabajando, apostando, etc) para seguir viviendo.
Una analogía casi literal. No dimensionamos la importancia de nuestro tiempo. «El tiempo es oro» «No malgastes tu tiempo» y otras nos recuerdan de la importancia de esto intangible que nos recuerda que un día moriremos.
Te propongo que veas la peli y te tomes un tiempo de reflexión. ¿En que estas usando tu tiempo? ¿Simplemente estas gastándolo en algo que no vale la pena? ¿Seguís perdiendo tiempo frente a la TV o el Facebook con cosas que en un mes no tendrán más valor o de las que nadie más va a hablar? ¿Estás gastando tu vida para poder comprarte el auto o la casa? ¿Seguís trabajando de eso que no te gusta?
El tiempo no es el precio del mañana, es el de hoy.
Es feriado y tenemos tiempo para pensar. Y que mejor que esta publicidad de una compañía de telefonía móvil de Tailandia que nos invita a desconectarnos un poco para conectarnos con lo verdaderamente importante.
Algunos ya pasamos el éxtasis de la hiper-comunicacion y nos damos cuenta que estar todo el día en Internet o con el celular en Facebook o Twitter no es sinónimo de estar conectados con todos. En realidad nos esta alejando de las personas y de nosotros mismos.