“La norma que aplicamos es que la riqueza repentina conduce a la ruina a la gente entre tres y cinco años“
Esto lo dijo el director de un banco de inversiones. Sólo el 10% de los ganadores son más felices.
Interesantísima recopilación de La información.com donde relatan los sucesos de algunos multimillonarios y su devenir luego de haber obtenido su premio. Aquí transcribo algunas historias, si quieren leerlas todas léanlas en historias loteras tristes:
Callie Rogers
Ganó un premio de 1,9 millones de libras en 2003. Después de haberse gastado un cuarto de millón de libras en cocaína, primero con su novio (feroz consumidor) y después en su nuevo novio (dealer), a la joven Callie, de 22 años, le quedan 20.000 libras, unos 25.000 euros. En el ínterin ha intentado suicidarse varias veces para salir de su “agujero negro”, según cuenta compungida a Noticias del Mundo.
Desconocido
Ganó 148 millones de euros en 2009. La primera desgracia del anónimo ganador del mayor premio de la lotería en la historia de Italia empieza con el boleto. Según publicó en un foro del diario Il Corriere Della Sera, el que dice ser el ganador del premio afirma: “Tengo miedo. Miedo de ser descubierto. Todos por aquí piden ayudas, casas. Tengo un sufrimiento interior tremendo y también un sentimiento de culpa dentro. ¿Por qué yo?”. Con esa actitud no sorprende que sus desgracias no hayan hecho más que empezar.
William “Bud” Post
Ganó 16,2 millones de dólares en 1988. A los tres meses de ganar el premio gordo de la lotería de Pennsylvania, Post ya debía medio millón de dólares: había comprado un restaurante, un garaje y un avión (aunque no podía volar). Fue denunciado por su ex mujer y su hermano contrató un asesino a sueldo, para intentar llevarse algo de herencia. El “afortunado” murió hace tres años, después de declararse en bancarrota y vivir de los subsidios. “Ojalá nunca hubiera pasado. Todo ha sido una pesadilla”, fueron sus últimas palabras.