Mi primer contacto con María Elena Walsh fue a los 5 años en una escuela rural en Santiago del Estero. El reino del revés, el Brujito de Gulugú, El twist del mono liso, Canción para tomar el té, Manuelita, La reina Batata, La Vaca estudiosa. Todos hits. Estar en un pueblo en medio de la provincia no fue impedimento para poder conectarme con la que unió los sueños de millones de niños en el país.
Con sus obras literarias creo que la culpa la tuvo mi mamá. A ella le encantaba. Cuando la tuve de maestra en 5to. grado nos hizo leer Dailan Kifki, el elefante más simpático que conozco. Debe haber sido el primer libro de tantas páginas que leí en mi vida.
Para escribir para niños hay que tener alma de niño. Estoy convencido que María Elena Walsh la tenía. No se mucho de su vida. No se de su militancia. Aunque ahora uno se entera de muchas cosas. Sólo recuerdo sus canciones. Creo que simplemente eso la haría feliz.
Ayer, 10 de Enero de 2011, falleció María Elena Walsh. Creadora de fantasías. Ayer la recordaron sus familiares, su amigos, los artistas y las personalidades de la política. Hoy la recuerdo yo, desde acá, sentado en mi computadora escuchando la banda sonora de mi feliz infancia en Brea Pozo.
Queda un final abierto para uno de los más grandes enigmas de la humanidad. La tetera es de porcelana, pero no se ve, yo no se por qué.
2 respuestas a «Maria Elena Walsh (1930 – 2011)»
La verdad que Maria Elena Walsh también fue mi infancia… que recuerdos. Una genia total. «Todas las bujerías del brujito de gulugú se curaron con la vacu con la vacuna luna luna lu»
Tenía un casette con las canciones de Maria Elena Walsh cantadas por el topo gigio. Excelente.
Lamento tanto esta pérdida, por que maria elena,en sus letras, transmitió mensajes éticos divulgó valores y nos impulsó a luchar por un mundo mejor.
En sus canciones, que parecen simples, hay una trama de conceptos trascendentes y es por eso que muchas generaciones no las pueden olvidar.