Dicen que esa misma frase podría haberle dicho Masato Akamatsu. Tocado en su orgullo el bateador pensó “¿A te haces el vivo? Agarrá esta!” y se la mando bien lejos y bien alta. Home Run de una – habrá pensado. Masato corrió cuanto pudo y ahí nomás se acordó de las lecciones de su sensei. Saltó, dio dos pasos sobre una pared y agarró la bola. Lo había logrado pero nunca más provocaría a sus rivales.
Así fue como el jugador del Hiroshima Toyo Carp acaparó las miradas de todo el estadio. Sin dudas su sensei estará orgulloso.
Fuente: As.com